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Actualizado el Viernes 24 de Junio de 2016


Un Gran Hombre Para Descubrir (tercera entrega)


En esta oportunidad publicamos El Jefe de la Guerra Gaucha (3) producido por la Asociación Cultural Sanmartiniana Mi Tebaida, de la Ciudad de Gral. San Martín.

EL JEFE DE LA GUERRA GAUCHA (3)

Las razones para que Güemes volviera a Salta no eran sólo militares, sino también políticas. Aspiraba al poder y deseaba expulsar al partido conservador del gobierno salteño, lo que le fue posible con la noticia de la caída del director supremo Alvear. Hilarión de la Quintana - que estaba ausente de Salta por haber acompañado a Rondeau en su avance al Alto Perú – dejó de ser considerado gobernador intendente.

 

Llegado Güemes a Salta, el pueblo salió a la calle y pidió al cabildo que nombrara a un gobernador sin la participación del directorio. Siendo el único candidato, Güemes tenía a su favor la presencia de su hermano, el Dr. Juan Manuel Güemes, que era uno de los miembros del cabildo para ese año.

 

El cabildo lo proclamó Gobernador Intendente de Salta, que en ese entonces tenía jurisdicción sobre las ciudades de Salta, Jujuy, Tarija, San Ramón de la Nueva Orán y otros distritos. Ésta fue la primera vez en que las autoridades de Salta fueron elegidas por los propios salteños, lo que significaba la autonomía de Salta. Su gobierno se extendería hasta su muerte, siendo sucedido por José Francisco Ignacio de Gorriti.

 

Como el cabildo de Jujuy no lo reconoció como gobernador, aduciendo la amenaza de un ataque realista a esa ciudad, Güemes avanzó con sus tropas y presionó a sus habitantes. Con eso logró que el cabildo lo aceptara. Igualmente, el teniente gobernador local, Mariano de Gordaliza, no debía ser considerado un simple subordinado de Güemes.

Dos semanas después de asumir, Güemes contrajo matrimonio con Carmen Puch, joven de una acaudalada familia con intereses en Rosario de la Frontera. La boda fue en la catedral de Salta, y con el tiempo vinieron los hijos, Martín, Luis e Ignacio.

 

Poco después de su llegada al poder y conociéndose la reacción negativa de Rondeau (ahora nuevo director supremo), llegó a Tucumán una fuerza al mando de Domingo French, que iba desde Buenos Aires en apoyo del Ejército del Norte, con instrucciones de derrocar a Güemes al pasar por Salta; pero Güemes no lo dejó atravesar esa provincia hasta que lo hubo reconocido formalmente como su gobernador.

 

Ya en Humahuaca se supo de la derrota de las fuerzas patriotas de Rondeau en Sipe-Sipe (29 de noviembre de 1815). Este nuevo triunfo realista significó otra pérdida del Alto Perú.

 

Enfurecido con Güemes por lo ocurrido en Salta y por haberle impedido recibir refuerzos, Rondeau retrocedió a Jujuy. Con apoyo del teniente de gobernador Gordaliza pasó a Salta y ocupó esta ciudad, pero se vio rodeado por las guerrillas gauchas y tuvo que capitular, con lo cual firmó con Güemes el Tratado de Cerrillos, donde lo reconocía como gobernador y le encargaba la defensa de la frontera. Poco después Rondeau fue reemplazado por Belgrano en el Ejército del Norte, y por Pueyrredón en el directorio. No habría más expediciones al Alto Perú, pero las milicias gauchas al mando de Güemes pasaron a desempeñarse como un ejército en operaciones continuas.

 


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