Más noticias | Policiales
Actualizado el Jueves 30 de Marzo de 2017


Más Detalles Sobre la Muerte de Florencia Di Marco


El fallecimiento de Florencia enlutó a gran parte de la comunidad de San Martín y Junín, cuando todavía no se salía del asombro, aparecen más detalles que sorprende a la familia de la nena y la comunidad que ha seguido el caso.

A través de las redes sociales, se informaba del paradero de una menor perdida en San Luis, llamada Florencia rápidamente la zona Este también se hacía eco de compartir la imagen y sus familiares de La Colonia - Junín comenzaban a realizar cadena de e oraciones para que apareciera

Lesiones Gravísimas – Intento de Ocultar la Realidad

Los abusos eran un tormento reiterado en la vida de Florencia Abril Di Marco, según reveló la autopsia. Lucas Matías Gómez, padrastro de la nena de 12 años y sospechoso de violarla, tuvo seguramente una razón para decidir, en la madrugada del miércoles, ante el último ataque, acabar con la vida de ella. Los investigadores del caso creen que fue tal la brutalidad de la última violación, tal la gravedad de las lesiones que le causó, que inevitablemente la chiquita iba a necesitar atención médica, para que frenaran los sangrados. Así, él quedaba enteramente expuesto a ser descubierto. Por ello, presumen que la asesinó para ocultar los ultrajes.

Gómez fue trasladado hasta el despacho de la jueza Virginia Palacios para la declaración indagatoria. En la audiencia, además de la magistrada, estuvieron el fiscal Esteban Roche y el defensor oficial Penal, Carlos Salazar. Gómez eligió no hablar en esta instancia, su primera oportunidad de defenderse.

El defensor no le solicitó a la jueza la prórroga de la detención, es decir, un plazo para producir pruebas que refuten aquéllas que lo incriminan. Esto determina que Palacios tiene un máximo de 48 horas para resolver el destino del imputado. Todo indica que tiene elementos sólidos para procesarlo con prisión preventiva.

Según trascendió, en la audiencia, hasta en su expresión corporal se lo vio apocado a Gómez. Mientras le leían los cargos, lloró, y se mantuvo buena parte del tiempo con la vista baja.

En una conferencia de prensa tras la declaración indagatoria, la jueza Palacios detalló la imputación, cómo encuadra el hecho. A Gómez lo supone autor de "Abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado por la calidad de guardador y el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente, en concurso real con homicidio agravado criminis causa, por perpetrarse con alevosía y mediar circunstancias de violencia de género". El crimen del que acusan a Gómez se paga con prisión perpetua.

En la primera revisación, que hizo en la escena del hallazgo, el jueves, el forense Ricardo Torres confirmó que la nena había sido sometida por vía anal y genital. Durante el examen que practicó en la morgue al día siguiente, el perito confirmó que tenía indicios, además, de abusos anteriores. Que los ultrajes tuvieran cierta antigüedad -que no pudo determinar de modo preciso- consolidó la teoría de que el agresor podía ser del entorno cercano, que éste podía ser un caso de violencia intrafamiliar.

Por ello, en la calificación del hecho, la magistrada consideró dos agravantes, que dan cuenta del oportunismo y del carácter depredador del violador. Por un lado, vivían en la misma casa, en la manzana T del barrio Lucas Rodríguez, en la zona sur de la capital. En verdad, la pequeña conocía al agresor y tenía contacto con él desde hace por lo menos unos diez años. Después, su mamá, Carina Di Marco, tuvo otros tres hijos con Gómez: Lucas, Aníbal y Trinidad. El mayor de los varones tiene 9 años; el otro, 3. La pequeña nació el pasado martes en la Maternidad Provincial "Doctora Teresita Baigorria", apenas horas antes del asesinato de Florencia.

Justamente en esa circunstancia, la de la internación de la mamá para dar a luz, Gómez debía ejercer el cuidado de los chicos. En una de las tantas entrevistas que dio mientras buscaban a la chiquita, Gómez expresó que Florencia -que no llevaba su apellido- era su hija. E inclusive en el brazo derecho tiene tatuados los nombres de la nena fallecida y de sus hijos varones. Lejos estuvo de protegerla como un padre.

Respecto al homicidio, Palacios consideró que fue criminis causa -esto es, que la mató para velar los abusos-, que el victimario actuó con alevosía y que medió violencia de género, es decir, que la agresión se fundamenta en la condición de mujer de la víctima.

Para que se configure el agravante de la alevosía tienen que combinarse dos elementos. Por un lado, que la víctima esté desprevenida o en estado de indefensión, tal fue el caso de Florencia. Dada su edad y su contextura, no podía hacerle frente al adulto. Por otro lado, la alevosía implica que el agresor busca que la víctima esté desprotegida, para actuar sin riesgos. Gómez la atacó horas después de que Carina fue internada para tener a su bebé, lo que le daba más libertad para actuar.

Palacios dijo en la rueda de prensa, que sólo podía hacer una enunciación de las pruebas arrimadas por los investigadores de la División Homicidios, sin ninguna valoración, para no preopinar. "Se tomó en cuenta el testimonio de cuatro personas que lo sitúan a Gómez el 22 de marzo entre las 3 y las 6, en el lugar de hallazgo del cuerpo. El rodado (de Gómez) fue reconocido por dichas personas. Obran en la causa los registros fílmicos de un peaje cercano a la capital (que tomó el paso del Renault Megane negro del imputado). También constan las declaraciones de docentes de la escuela ‘Rosario Simón', que indican que la menor no fue el 22 de marzo al establecimiento", enumeró.

Pornografía Gay

También refirió que el flamante Departamento Delitos Complejos, que depende de la Procuración General y del Poder Judicial, peritó teléfonos celulares del sospechoso. Establecieron, dijo, que desde el 19 al 22 de marzo hubo, según los registros en el historial de navegación en internet, 415 visitas a páginas de pornografía gay. "Ese informe también nos evacúa la línea del tiempo en cuanto a las comunicaciones hechas en lo que establecemos como franja horaria de comisión del delito, esto es, entre las 3 y las 6", consignó.

“Me pegaba y consumía cocaína. Tenía una bestia entre mis hijos”

 Mientras el cuerpo de Florencia viajaba el sábado a San Martín para recibir sepultura, Carina Di Marco habló como pudo pero dijo todo lo que sentía. Fue en la primera entrevista que brindó después del fallecimiento de su hija. No puede explicar el dolor que siente en su alma porque le “arrancaron un pedacito de su corazón” y porque no pudo hacer nada para salvar a su pequeña. No duda ni un instante que a Flor la cuidaba de todo el mundo, menos de uno: el hombre con el que vivió 10 años y que le dio 3 hijos. El mismo que le pegaba y que un día quiso ahorcarla.

Quebrada por el dolor y luego de la detención de Lucas Gómez ya no tiene dudas ni miedo: “Ahora estoy segura que fue él. No me importa que mis hijos se queden sin padre, quiero que se hunda, que siga preso y que pague todo el daño que le hizo a mi pequeña. Tenía entre mis hijos a una bestia, él no era una persona”.

Sostenida por el cariño de su hermano, Cristian Di Marco y su cuñada, la mamá de Florencia vive como si estuviera en el mismo infierno. Pero miedo no tiene, y por eso contó en una entrevista exclusiva a elchorrillero.com que Gómez, por quien ponía las manos en el fuego antes de pensar que podía hacerle mal a su hija, era violento y se drogaba.

Hizo las declaraciones minutos antes de partir hacia San Martín, en la provincia de Mendoza, donde mañana domingo descansarán para siempre los restos de su hija mayor.

“Varias veces fue violento. No se sabía controlar con la fuerza. Me golpeaba y una vez me quiso ahorcar. Yo a veces lloraba tanto, que no lo podía creer. Siempre me rompía las cosas que compraba. Cuando le agarraba la furia siempre rompía cosas, no podía tener nada nuevo en la casa. Por miedo nunca lo denuncié. Sabía manipularme y me decía que se iba a cortar las venas. Yo le decía que se fijara en los hijos, que teníamos que salir adelante los dos”, relató Carina y puso al desnudo la otra cara de una familia que no vivía en paz.

La última vez que Gómez golpeó a Carina fue en la noche de Año Nuevo, o sea que ya cursaba un embarazo avanzado: “Estaba drogado y borracho”, contó. Y para graficar que fueron muchas más las angustias que vivió junto a él agregó: “Quería ir a saludar a sus amistades, entonces le pedí acompañarlo y no quiso. Le dije que tenía otra y que por eso no me llevaba, y se puso violento. Se enojó, empezó a romper el televisor, una mesa de vidrio y me zamarreó. Se fue y volvió al otro día. Le había dejado toda su ropa lista para que se fuera, pero él me lloró y me pidió que no lo dejara en la calle. Le di otra oportunidad”.

¿Cómo era Flor?

Una y otra vez dice que Gómez nunca se mostró de la misma manera con su nena: “Él demostraba tanto amor, tanto cariño a Florencia, él decía que la sentía como su hija. Le daba todos los gustos, nunca hizo diferencias con los otros chicos. Nunca me imaginé que esta bestia le haría eso a mi pequeña bebé”.

Dijo que Flor “era calladita” y que la notaba celosa en el último tiempo: “Estaba enojada y yo creía que era por celos de la bebé. No pensé que le estaba pasando algo”.

También recordó que el martes, el día antes que alguien decidiera matarla, la llevó al hospital público de la zona para que le hicieran un control médico (el de “Niño sano”): “La doctora la atendió rápido. Creo que si la miraba bien se iba a dar cuenta que algo pasaba”.

La última vez que Carina vio a Florencia fue ese mismo día, cuando los dolores de parto la mandaron otra vez a la Maternidad. Recordó cada palabra que intercambiaron y hasta la sensación que le dejó el beso de la despedida al mediodía: “Dónde vas mami, me dijo, y le respondí que iba al Hospital. Avisame si te dejan internada, me dijo y me dio un beso”. Lo recuerda todo el tiempo, y todo el tiempo que lo hace se ahoga con el llanto.

Carina dio a luz casi cuando el martes terminaba. Casi al mismo tiempo que una hija llegaba al mundo, otra se le iba, y no pudo hacer nada: “Si ella me hubiera dado señales, yo la habría salvado, no le hubiera pasado esto. Tengo un vacío enorme, no tengo alma, me falta un pedacito de mi corazón”.

Al otro día, cerca de las 11 de la mañana, una mujer le escribió y le dijo que había encontrado una mochila en un descampado del barrio El Lince. Las características le confirmaron que era la que Florencia llevaba a la escuela, entonces no dudó y comenzó a mandarle mensajes por WhatsApp, pero no los recibía. La llamó un montón de veces, desesperadamente y con el corazón en la boca, pero el teléfono estaba apagado, posiblemente como ya lo estaba su vida.

Y otra vez la recuerda y otra vez llora: “Perdí una hija que era un amor con todo el mundo, todos la querían, era una señorita. Íbamos para todos lados con mi pequeña, la cuidaba de todos. Nunca me di cuenta de la bestia que tenía al lado. Lo quiero ver hundido, quiero que se hunda. Él no tiene familia, no tiene corazón, lo que le hizo a mi hija no tiene perdón de Dios”.

“Cuando lo detuvieron, creo que estaba drogado”

Cuando la Policía allanó el domicilio el viernes pasado al mediodía, Carina se puso nerviosa, lloró pero le pidió a los efectivos que hicieran “todo lo que tenían que hacer”, que revisaran cada rincón de la vivienda. Estaba amamantando a su beba recién nacida y comprendió que hasta ese momento había estado equivocada, que los 10 años junto a Gómez no le sirvieron para “terminar de conocerlo”.

“Les pedí que revisaran todo, y que si era él que la pague. Yo no lo voy a defender, voy a defender a mi hija. Me manipuló para que yo pensara que no había hecho nada. Ahora estoy bien segura que fue él”, recalcó.

“Cuando lo detuvieron estaba como dopado, creo que estaba drogado”, acusó en la entrevista. A esa sospecha le puso fundamentos, y se encargó de que quedaran bien claros: “Un día encontré un paquetito con un polvo blanco, y él me decía que era bicarbonato. Pero cuando lo probé se me acalambró la punta de la lengua, entonces le dije que se estaba drogando. Él me dijo que sí, que hacía mucho que consumía, pero adelante mío nunca lo hizo, yo nunca lo supe”.

Por Hernán Bordón para la Agencia Regional de Noticias arndiario.com y Catalina Ysaguirre para elchorrillero.com


Etiquetas:




Click en la foto para ampliar.



















Desarrollo de Pizza Pixel