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Actualizado el 31 de Diciembre de 1969


Secretos de Vida: AMBICIÓN, AVARICIA, CODICIA. ¿SON SINÓNIMOS?


Limpia tu ego de ellas para que la humildad y la solidaridad penetren en tu ser

AMBICIÓN

Es el deseo ardiente de poseer riquezas, fama, poder, u honores, para sobresalir del resto de las personas. No están conformes nunca con lo que tienen.

Se puede confundir con la avaricia, pero son emociones secundarias diferentes.

Una persona avariciosa podría dañarse a sí misma o a los demás para conseguir lo que anhela, sin compartir con nadie lo que consiguió.

La ambición es contraste, tiene que ver con el deseo de ser mejor.

El ser humano posee dos clases de ambiciones: la positiva y la negativa.

AMBICIÓN POSITIVA

Es la que nos mueve y motiva con el deseo de superación para lograr los objetivos con esfuerzo y dedicación llegando a la meta proyectada, sin desear ser el mejor, sobresalir para los aplausos ni tampoco por envidiar al prójimo, sino por la satisfacción propia de la voluntad para conseguir lo anhelado.

Poseer la ambición de progreso en el ámbito educativo, laboral, cultural, sin egoísmo, sólo por sentirse pleno en sus objetivos.

Pero a veces, a esa ambición normal, sana y positiva, algunas personas le agregan la avaricia, codicia, envidia, ensuciando el yo interior transformándolo en la ambición negativa nefasta.

Las personas ambiciosas positivas requieren y necesitan una causa que los guíe para traspasar las barreras de las adversidades y puedan superar los obstáculos, miedos y frustraciones para seguir avanzando en su propio camino diseñado sin dañar al prójimo, solo por la conformidad de haber llegado a su meta.

AMBICIÓN NEGATIVA

Es una mezcla con la avaricia y codicia. Desde siglos pasados, la ambición negativa nefasta, era combinada también con la fuerza del poder, las luchas en las batallas, las guerras sin sentido, la ansiedad incontrolable de poseer más riquezas y territorios para lograr ser el más poderoso.

En la época de la monarquía no les interesaban las vidas perdidas y el daño colectivo que producían, porque en sus mentes solo tenían la ambición de poder y la dominación de nuevos países.

EJEMPLOS DE AMBICIOSOS HISTÓRICOS

Napoleón Bonaparte quería extender su poder desde Francia hacia el resto del mundo.

Turquía luchaba con su ambición de apoderarse de todo el continente europeo.

El griego Eróstrato tenía la ambición de volverse célebre destruyendo el templo de Artemisa.

Historias pasadas por siglos que continúan en este presente porque la ambición está escondida en todo ser humano. Las ansias de poder, de ganar, de obtener triunfos, hacen que la sociedad esté contaminada por la ira, violencia, irascibilidad, agresiones, corrupción, asesinatos, habiéndose perdido los valores humanos y el respeto al prójimo.

Cuando una persona con estas características ocupa un cargo político importante del que depende el bienestar de una Nación, es un flagelo, porque no repara en procurar que quienes lo rodean no pasen necesidades, ya que lo único que le interesa es destacarse en el lugar donde está.

CODICIA

Es el deseo o apetito ansioso y excesivo de poseer bienes materiales, se desentiende del bien común y hará lo que sea para lograrlo.

Solo piensa en el beneficio propio sin importarle lastimar al otro porque no piense en el resto de los seres humanos.

La persona codiciosa no conoce la palabra solidaridad, carece de sensibilidad.

En psicología se encuadra como perturbaciones mentales que anulan la capacidad de ver las necesidades de su entorno y una auto insatisfacción ya que siempre querrá más de lo que obtiene, carece de límites y lo único que le interesa es aumentar su propio ego.

El codicioso puede llegar a compartir sus riquezas con los familiares directos o para él mismo. No tiene importancia para él, traicionar, engañar, ser desleal o lastimar sin tener remordimientos.

Solo tiene en su mente: yo tengo – yo acumulo – yo hago lo que quiero con lo mío – los demás no me interesan.

AVARICIA

Es el afán de poseer mucho dinero o riquezas por el placer de atesorarlas, sin compartir con nadie, ni están dispuestos a gastarlas aunque sean sus familiares directos. No conocen los límites legales o éticos para cumplir sus objetivos, como tampoco tienen en cuenta perjudicar a otras personas o pasar por encima de la ley. Su única meta a cumplir es acumular lo adquirido sin compartirlo con nadie.

PARA PENSAR, ANALIZAR, REFLEXIONAR

  • La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza – Napoleón Bonaparte.
  • La ambición es la madre de la infelicidad – Ramón Palacio
  • El codicioso no conoce la palabra solidaridad – Mercedes
  • En la mente del codicioso solo existen dos palabras: yo tengo – Mercedes
  • Guarda el avaro sus riquezas para que las derrochen sus herederos – Mercedes

Por Mercedes Davire de Llaver


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