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Actualizado el Lunes 26 de Setiembre de 2022


Nos dejó un genio vanguardista que se graduó en las Tierras Sanmartinianas


Algunos le llamaban Mecha, otros Juan Luís, con el correr de los años le llegaron a decir Don Juan, y por detrás de él, niños y adolescentes le decían Papá Noel, por su barba canosa y abundante.

No sería raro que con el pasar de los años, algún creyente de esos que él diagnosticó y le recomendó algún tratamiento lo recordara como muchos recuerdan a los santos populares y atorrantes, así como el Gauchito Gil o Juan Bautista Bairoleto.

Fui testigo y hasta partícipe necesario de algunas de las múltiples picardías que no se pueden contar porque todavía no prescriben y hay damnificados vivos y ofendidos.

Se pasó la vida desafiando lo previsible. Levantó polémicas a cada rato con su ingenio y sus acciones, algunos de los que lo criticaron en realidad lo envidiaban porque ellos no se animaban a hacer las cosas que el Mecha con o sin conciencia hizo.

Trasgresor por naturaleza cuando era empleado bancario comenzó a usar barba a pesar de que los gerentes no lo permitían, aprovecho que los funcionarios lo escondían para no presentar un mal ejemplo cerca del mostrador aprendió a usar el teletipo y las nuevas tecnologías que se estaban llegando a la vida cotidiana.

Con los Frávega o Machado y apoyado por cuanta publicación llegaba a sus manos comprendió el mundo de las transmisiones de televisión y trabajo a su modo hasta diseñar un transmisor casero con el que comenzó a funcionar el Canal 3.

Del Mecha se pueden decir muchas cosas, algunas de ellas ciertas, otras aumentadas con el correr del tiempo y otras inventadas, pero lo cierto es que fue un sobreviviente en un lugar cruel y materialista que te pedía más de lo que podías generar. Amigo generoso, pedigüeño, celoso y demandador.

Nunca supe si realmente era un católico creyente, pero en alguna oportunidad lo escuche citar a Martín Lutero primero en latín (que pronunciaba bastante bien) “pecca fortiter, sed crede fortius”. Y luego lo traducía “Peca fuertemente, pero cree más fuertemente”. Eso sí se persignaba ante cada símbolo religioso que encontraba en el camino.

Una de las tantas andanzas que generó comentario, fue cuando se disfrazó de obispo y concurrió al casino aduciendo que no se podía combatir al pecado si no se lo conocía.

Dueño de una memoria y una cultura prodigiosa a tal punto que los académicos lo podrían definir como polímata (una persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas) te podía relatar partes del show de Les Luthiers en forma textual, o un fragmento del relato de Borges “No hay cosa como la muerte”

No se aflija en la memoria

De los tiempos venideros

También nosotros seremos

Los tauras y los primeros

El ruin será generoso

Y el flojo será valiente

No hay cosa como la muerte

Se fue el Mecha y con él muchos recuerdos. Creo que no le tenía miedo a la parca pero si a la decrepitud y por eso partió apurado como vivió toda su vida que duró como 142 años. Si existe otro lugar trataré de estar cerca de él, ya que ahí será un mundo divertido que merece ser disfrutado.

Carlos Fuertes

 


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Comentarios

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Carolina dice:
Jueves 29 de Setiembre de 2022

En esta nota se esta utilizando una foto de mi papa que no autorice, y los dichos sobre el no fueron consultados , una verdadera falta de respeto a los q sufrimos tal perdida, solicito la baja de la nota ya mismo.

Click en la foto para ampliar.



















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